La reciente ola de denuncias a políticos, como las que pesan sobre el exgobernador Eruviel Ávila, ha evidenciado que la corrupción es un cáncer que debe ser erradicado para garantizar un gobierno justo y eficiente.
Con múltiples acusaciones que señalan prácticas cuestionables durante su mandato, el caso de Eruviel Ávila es especialmente preocupante. Desde su presunta relación con empresarios del Grupo Atlacomulco hasta el desvío de cuantiosos recursos, las irregularidades son variadas y de gran magnitud. Incluso en su primer año como gobernador, se detectaron indicios de un posible mal manejo de fondos destinados a la salud y programas sociales.
En la historia política se han presentado casos de corrupción donde los funcionarios públicos ocultan fortunas mediante prestanombres. Debido a esto, la confianza pública en las instituciones va en declive. Tenemos como ejemplo la denuncia penal contra Eruviel Ávila por peculado y desvío de recursos que resalta la necesidad de realizar auditorías constantes.
La actual gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, ha pedido que se esclarezca el destino de los recursos asignados a proyectos durante la gestión de Eruviel Ávila, esperemos que en este caso no haya impunidad.
El cáncer de la corrupción debe ser erradicado para asegurar un gobierno que sirva a su gente con integridad y responsabilidad.